lunes, 24 de agosto de 2009

Regalo y ladrones

Rodrigo no se imaginaba que escoger un regalo para su tío sería tan difícil, no se le ocurría que regalar.
Decidió ir al mercado central, ubicado a los alrededores del congreso de Perú; a buscar, en alguna de las tantas galerías que hay por ahí, un buen regalo.
A él no le gusta el centro de Lima, está muy descuidado y sucio lamentablemente.
Antes de dirigirse al mercado central mucha gente le advirtió que se cuide, que mire a todos lados, que agarre bien lo que compre porque esa zona está plagada de ladrones.
Al bajar del bus Rodrigo se encontró después de mucho tiempo frente al congreso de la república. Al cruzar la pista se le acercó un señor que vendía cortaúñas, no tendría sentido contar esto si no fuera porque el vendedor de cortaúñas sólo tenía un brazo. Que paradójico, imposible que aquel señor se pueda cortar las uñas de los dedos de la mano con un solo brazo; esto fue muy curioso y hasta un poco gracioso pero bueno, mientras se gane la vida honradamente aquel seños tiene derecho a vender guantes, anillos o manoplas si quiere.
Esa parte de Lima guarda todavía, afortunadamente, construcciones hechas con el estilo antiguo, las casas parecen pequeños palacios con decoraciones de madera muy bien diseñadas. A esta parte de Lima, felizmente, aún no han llegado los edificios enormes que no tienen ningún diseño en especial, que sólo parecen unos bloques de cemento con ventanas y que están inundando la capital peruana.
Sería bueno que este lado del centro histórico guarde su estilo, su esencia, pero sería mucho mejor si lo cuidaran, si lo limpiaran, si la municipalidad hiciera un trabajo de mantenimiento a aquellas casonas.
Luego de buscar por espacio de media hora decidió comprar un perro de peluche que a primera vista parece ser real.
Ahora comenzaba la fase más riesgosa que tiene el hecho de ir a comprar al mercado central: Llegar, sano y salvo, al paradero de buses con aquel peluche enorme.
Había en cada esquina un par de hombrecillos con cara de francotiradores que seguramente estaban haciendo un cuidadoso estudio de mercado para ver cuál sería su próxima víctima, Rodrigo miraba hacia todos lados y sujetaba fuertemente la bolsa que contenía el peluche. Así camino hacia el paradero de buses situado al frente del congreso.
Cuando estuvo parado esperando su carro se pregunto: ¿Por qué me cuido tanto de los ladrones de afuera cuando los ladrones más feroces del Perú están precisamente dentro de aquel palacio de enfrente llamado “congreso”?

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martes, 18 de agosto de 2009

Vecinos

Los vecinos llegan a ser sin duda parte de nuestras vidas, nos caigan bien o nos caigan mal ellos serán a los que tendremos que soportar siempre.
Rodrigo tiene un par de vecinos amables, tranquilos, de esos que te saludan todos los días cuando vas a comprar el pan en la mañana, que siempre tienen una sonrisa para ti, que te invitan a su cumpleaños y que si no puedes asistir a su celebración no hay problema porque ellos te llevan el plato de comida, que estaba reservado para ti, a tu casa. Esto es buenísimo ya que la señora es norteña y prepara unos platos deliciosos.
También tiene como vecinos a una familia que tiene como entretenimiento pelearse, a ellos no les importa que toda la gente que vive alrededor se entere de sus pleitos. Ellos se pelean gritando a los cuatro vientos todos los insultos que puedan, a veces Rodrigo cree que ellos hacen eso para relajarse, para expulsar sus preocupaciones, quizá esa sea una nueva forma de expulsar el estrés.
Luego hay otro vecinito, así como lo leen “vecinito”; lo describo así porque el mocoso no debe tener más de 6 años. Este niño medio loco saca la mitad del cuerpo por la ventana y canta todo el repertorio de Daddy Yankee y Maná. Rodrigo no sabe porque el niño sólo canta las canciones de ellos, lo único que él sabe es que el muchacho cree que está en el estadio nacional ante cuarenta mil personas y canta (en realidad no canta, lo que hace es gritar y gritar) a todo pulmón. Y por si fuera poco, luego de dar su concierto el pequeño demonio tiene la gran idea de tirar cualquier cosa que tenga en la mano; al techo de todos sus vecinos.
Rodrigo ha tenido muchas veces la tentación de arrojarle una piedrita en la cabeza al mocoso cada vez que este empieza con unos de sus mega conciertos. En realidad Rodrigo ya lo ha intentado pero sin éxito. Pero la esperanza es lo último que se pierde así que seguirá intentándolo.
Y ahora es el turno de los vecinos estrellas, a los que Rodrigo más odia. Ellos son una familia numerosa, quizá por esto es que celebran tantos cumpleaños y tan seguido.
Lo que ellos hacen, para ganarse el odio de todos sus vecinos, es básicamente una cosa: “Ruido”.
No hay día en que no hagan bulla, no importa si es martes o miércoles o quizá la noche del domingo para lunes. Tienen un equipo de sonido súper potente el cual utilizan todos los días, no les importa si sus vecinos quieren descansar, si tienen que dormir para ir a trabajar al otro día o si alguno de sus vecinos tiene un dolor de una cabeza y lo único que quiere es un poco de paz.
Nunca se sabe que es lo que celebran, simplemente se les ve tomando y escuchando música con un volumen altísimo. Quizá sientan que todo el barrio los mira con cólera por bulleros y entonces en un acto de venganza y sólo por joder es que prenden su radio para no dejar dormir a nadie.
De hecho lo único bueno de estos vecinos es la hija de 19 años, la cual ha tenido una buena formación, quiero decir que está bien formada, quiero decir que esta buena.
Pero bueno, estos vecinos son los que tiene Rodrigo y a ellos tendrá que aguantar mientras siga viviendo en su barrio.

martes, 11 de agosto de 2009

Hay una chica…

Hay una chica…….que Rodrigo vio después de mucho tiempo, le dio alegría verla, deseaba verla.

También le dio pena verla como la vio, mucha pena. Vaya contradicción, de hecho que ella ha cambiado, para mal, desde el modo en que él ve las cosas.
La quiere, eso no se irá nunca, pero le da pena verla así. Se supone que como amigo tendrá que aconsejarla, aunque él cree que esta de más porque ella sabe que lo que hace no es lo mejor, a Rodrigo le consta que ella lo sabe pero no entiende porque lo hace. La ha visto por primera vez con ojos normales, ya no con ojos de bobo enamorado y se ha dado cuenta de algunas cosas. Bonita no es, tan fea tampoco. Ya no está tan gorda, pero tan delgada tampoco. Su cabello sigue siendo igual de largo y bonito. Lo mejor que tiene su cuerpo de hecho que son sus piernas. Sus ojos igual de grandes esta vez demuestran una mirada perdida gracias al licor que ha consumido. Casi no se han hablado, a pesar de que han estado muy cerca; los dos se han demostrado mucha indiferencia. Esto no debería importarle a él, pero le ha llamado la atención y lo ha llenado de tristeza ver que una persona que quiere (y que antes quiso con todas sus fuerzas) haya cambiado tanto.
Ahora él está seguro de que tener una conversación de amigos entre los 2 será más difícil, porque ahora menos que nunca son amigos, además siempre que intentaron tener una conversación como amigos terminaron haciendo el amor. Esto de hecho ya no ocurrirá aunque él crea que una vez más no estaría tan mal y sospeche que ella por más indiferencia que muestre piensa lo mismo, quizá ella también quiera hacer el amor con él una vez más.

Hay una chica……. que Rodrigo vio después de mucho tiempo, le dio alegría verla, deseaba verla.

Ella le había dicho que lo quiere, que quiere verlo, que quiere secuestrarlo para ella sola. Él no le cree, él cree que es imposible que sea verdad todo lo que ella dice y se lo hizo saber de una forma no muy cordial, como es costumbre en él, Rodrigo dice las cosas tal y como las piensa y a veces eso no es lo mejor.
Él le había enviado luego un correo pidiéndole disculpas por la brusquedad de sus palabras pero ella no le había respondido.
Él pensaba que la “amistad” entre ellos había terminado. Sin embargo, luego de de un mes y medio, ella ha vuelto a saludarlo y le ha dicho que lo entiende, que si ella estuviera en la posición de él quizá tampoco se creería, pero ha vuelto a dejar en claro, de una forma muy sutil, que todo lo que le ha dicho antes no es mentira.

La situación en la cabeza de Rodrigo está algo complicada. Las ideas se pelean entre ellas.
Ahora pasa el camión recogedor de basura y tengo que dejar de escribir esta historia sobre Rodrigo para poder sacar las bolsas llenas de desperdicios.Qué bueno sería si algunos recuerdos se pudieran echar en una bolsa negra que luego será echada en un camión de basura que la triturará y la hará desaparecer para siempre.

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