martes, 27 de octubre de 2009

Operación Carrera – Final

La maratón RPP estuvo programada para las 9:00 am del domingo 25 de Octubre del 2009.
A Rodrigo le parece que este no es el horario correcto, las ediciones pasadas la maratón se iniciaba a las 4 de la tarde. Esto permitía a los competidores almorzar todo lo necesario para soportar todos los kilómetros de competencia.
El hecho de que la maratón haya sido programada a las 9 de la mañana obligo a Rodrigo a despertarse a la 6:20 am. Imagínense tener que despertarse a las 6:20 am un domingo para bañarse, tomar un desayuno ligero y salir de casa a la 7 para llegar al punto de partida con una hora de anticipación para poder hacer la calistenia respectiva. Esto es inhumano.
Pero las ganas pudieron más que la flojera y el sueño.
A las 8 am Rodrigo llegó al punto de partida (palacio de justicia), ya había gran cantidad de gente echándose frotaciones en las piernas y otras que ya hacían los trabajos de calentamiento.
Este domingo el sol no visitó Lima, ni siquiera se asomó y como deben imaginarse a las 8 am hacía bastante frío. El frío causo, no solo a Rodrigo, ganas de orinar; felizmente los baños ya estaban instalados y la cola para entrar en ellos ya era grande. Media hora después y con un frío en aumento las ganas de orinar volvieron pero esta vez la cola para los baños era más grande así que a Rodrigo no lo quedo otra opción que ir corriendo hasta el baño de un grifo cercano en el cual la cola era más pequeña.
Había gente poniendo las cintitas “Respira mejor”, que son como una tiritas con pega-pega que se ponen en el tabique y te ayudan, como su nombre lo dice, a respirar mejor y esto es verdad, es automático, no sé a qué se debe pero esas tiritas mágicas te abren mas las fosas nasales y esto permite que respires con mucha facilidad.
Lo que podría hacer Maradona con esas tiritas “Respira mejor”.
Sería buena idea traer al Diego, ponerle esas tiritas y pedirle que termine con la coca del Perú y listo, tendríamos un Perú sin drogas.
Faltando 20 minutos para las 9 am Rodrigo tomó posición entre el mar de gente que ya estaba colocada lista para la partida. Se sorprendió al ver al participante que estaba a su costado, era el Gral. Donaire. Este General fue el jefe de las fuerzas armadas peruanas al cual echaron por aparecer en un video diciendo que había que botar a los chilenos en bolsas negras de basura, sospecho que hay mucha gente que está de acuerdo con él ya que mientras esperaba la partida se tomó fotos y bromeó con la gente que le hacían recordar aquel video. El tipo es un payasin, un showman, un cómico frustrado; yo creo que si había una guerra tendríamos que haber llevado al general al frente del batallón para que haga que los contrincantes se mueran, pero de risa.
La maratón comenzó con un par de minutos de retraso. Era impresionante la cantidad de gente que había. Los 2 primeros kilómetros sirvieron para que las piernas se vayan acostumbrando al trajín de unas pistas llenas huecos. Fue entre el kilómetro 2 y el kilometro 3 donde el agua, el re hidratante y el frío volvieron a hacer efecto en Rodrigo, las ganas de orinar volvieron.
Felizmente en esta avenida (AV Cuba) hay un grifo y para fortuna de Rodrigo el baño estaba desocupado. Él escuchaba que la gente se reía cuando lo vieron que se dirigía al grifo para entrar al baño.
Fue algo anecdótico, nunca antes le había pasado que le den ganas de orinar en plena maratón.
Rodrigo corrió sin detenerse hasta el kilómetro 5, luego alterno el trote con la caminata para terminar los 2 últimos kilómetros corriendo y poner su marca en 1 hora con 2 minutos, para él lo importante era llegar a la meta así se arrastrado ya que sólo quiso participar de esta fiesta deportiva.
Espero que la próxima maratón RPP vuelva a ser en la tarde y que, por si las dudas, también instalen baños en la ruta de esta.
Fue emocionante ver como personas de muy avanzada edad participaron no con el afán de ganar sino con el afán de demostrarse a sí mismos que todavía pueden lograr lo que se proponen y además creo que esta gente es un ejemplo para todos nosotros, ya que nos dicen, con su ejemplo, que no hay que rendirnos nunca.

martes, 13 de octubre de 2009

Rápido y furioso

A Rodrigo le apasiona la velocidad, el vértigo, la emoción que se siente al ir a toda velocidad y sentir que la adrenalina crece y crece.
Ir en bicicleta y sentir el aire en tu rostro es una bonita experiencia y más aun cuando estas usando la bicicleta en su quinta velocidad.
Rodrigo estrenó su bicicleta manejando despacio al principio, no aceleró mucho. Llegó a la avenida” X” para probar la velocidad en las ciclo vías que tiene esta avenida.
Pudo probar las velocidades de la bicicleta al máximo ya que las ciclo vías estaban vacías.
Pero Rodrigo no estaba totalmente satisfecho, el solo hecho de manejar a toda velocidad no llenaba de emoción la tarde.
Frenó en seco, levanto la bicicleta y entro a la autopista de la avenida y manejo, corrió, voló en dirección al aeropuerto, pero en sentido contrario a los carros. Esquivar los autos en una vía rápida de tres carriles fue algo súper emocionante y pensándolo bien quizá también un poco riesgoso, pero si no hubiese ese riesgo las cosas no serian tan emocionantes.
Llegó al aeropuerto y volteó para regresar por la avenida X.
Llegó al cruce de las avenidas “X” e “Y” y se detuvo.
Se quedó quieto, estacionado en aquel cruce esperando a que algún auto conducido por un chofer ebrio lo embista, lo haga volar por los aires y le dé fin a sus días.
Fue en aquel mismo cruce donde 14 años atrás un chofer ebrio embistió la bicicleta del padre de Rodrigo y le hizo lesiones tan graves que le causaron la muerte luego de 2 días en estado de coma.
Rodrigo esperó montado en su bicicleta a ver si algún auto se le aproximaba a toda velocidad con el afán de atropellarlo de forma fulminante.
Pero luego de unos minutos de espera esto no sucedió, ningún carro pasó con ganas de llevarse de encuentro al joven estacionado en el cruce de aquellas avenidas, ningún borracho pasó a toda velocidad.
Quizá el destino no quiera que Rodrigo muera de la misma forma y en el mismo lugar que su padre, o quizá si sólo que aun no es el momento.
A Rodrigo sólo le queda seguir disfrutando de la velocidad en su bicicleta nueva y esperar tranquilo a que algún día en algún cruce se aparezca un conductor ebrio manejando igual que él a toda velocidad.

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