miércoles, 2 de diciembre de 2009

¡Cuidado bebé a bordo!

¡Cuidado bebé a bordo! Es una frase que se suele usar en afiches que los conductores pegan en sus autos cuando transportan a un niño dentro de estos.
Rodrigo cree que esta advertencia no sólo debería ser dada a los demás conductores sino que también a los que comparten el transporte con esas adorables criaturas.
Es desesperante escuchar el berrinche de un niño durante todo el viaje; el bebé llora y llora. Le dan su biberón y el condenado mocoso lo rechaza y lo aleja de su boca, hace gestos que ni la madre ni nadie entiende, el pequeño balbucea algunas lisuras y vuelve a gritar y llorar. Asumo que lo que balbucea son lisuras porque no creo que esté con ganas de hablar cariñosamente con alguien que trata de meterle a la fuerza un chupón en la boca.
Los gritos de los bebés son más fuertes que cualquier MP4 funcionando a su máximo volumen.
Pero esto no es lo peor de coincidir con un bebé en el transporte público. Creo que todavía hay algo peor.
Día Martes 1 de Diciembre, 7.00 pm en Lima. Esta hora es conocida como la “hora punta” ya que es en esta hora cuando se presenta la mayor cantidad de tráfico.
Rodrigo se dirige a sus clases de inglés a bordo de una combi. El tráfico es pesado y los carros avanzan lento; pero la música del carro no es aburrida y esto hace un poco ameno el viaje. El niño que lleva una mujer sentada frente a Rodrigo está profundamente dormido y no parece ser una amenaza para los oídos de los pasajeros.

En efecto el niño no resultó ser ninguna amenaza para los oídos de los demás pero si lo fue para las narices. De un momento a otro se comenzó a sentir un olor a caca inconfundible, era un hecho consumado, el niño se había cagado en su pañal y el olor comenzó a inundar el vehículo.
Las ventanas comenzaron a abrirse una tras otras y la madre empezó a ruborizarse porque de seguro se había dado cuenta de lo que pasaba, todos los pasajeros la miraban con odio y disgusto. Rodrigo pensó seriamente en regalarle una moneda a la señora para que tenga la amabilidad de tomar otro carro.
Diez minutos más tarde la señora bajo con su niño en brazos y los pasajeros pudieron por fin respirar tranquilos. Fueron diez minutos eternos, diez minutos soportando un olor a caca interminable. Definitivamente prefiero escuchar a un niño llorar media hora antes que soportar sus cagadas un par de minutos.
Queda claro que los bebés no tienen la culpa de nada y que algún día, como padre, seguramente me tocará soportar las cagadas de mi hijo.


8 comentarios:

Un chico de Lima dijo...

vaya... qué tal historia, eh!

[ [EBP]] dijo...

Hay varias frases memorables en tu post, esta es una de ellas:

"Los gritos de los bebés son más fuertes que cualquier MP4 funcionando a su máximo volumen."

Si a toda esa situación del chibolo que se cagó en la combi le agregas un calorsaso ya estamos hablando del mismo infierno local, "que fea notiux" como decia un pata mio de chibolo..

Como bien dices en tu reflexión final, algún día te tocará soportar las cagadas de tus propios hijos y alli te quiero ver jajaja..

Unknown dijo...

por eso me compre un auto no soporto las combis, o voy en auto o tomo taxi

Damian dijo...

que palta con la mujer esa, que roche se habra puesto roja jajajaja
quien lo manda a kgrs al pobre bebe

Pumara dijo...

eeooowwwww yo me bajaba y esperaba otra combi, no hay derecho con la tia esa. puaj

Mandalera dijo...

Odioooo el llanto de los bebeees! sencillamente me enloquece...=/. Una vez que viaje a Aqp -si mal no recuerdo- dlante de mi asiento iba un bb, sabes que hizo durante todo el trayecto? llorar, y llorar y llorar.....!!!

No te vayas a quedar dijo...

Y nunca te ha pasado que al condenado niño o le cayo mal la comida o simplemente las vueltitas en los viajecitos largos le caen mal?? Es H-O-R-R-I-B-L-E cuando a uno de esos pequeños les da por vomitar. que horrible, en verdd prefiero el olor a caca de un bebe que el de vomito de un niño.

[MnS] dijo...

Muy bonitos, tiernos y todo, pero se vuelven insoportables cuando lloran. No importa si son bebés o niños. Ambos castran. Hartan. Desesperan. Etc.

Cuando seas padre, no tendrás que soportarlas, sino que ni siquiera se te hará una labor pesada y fastidiosa el estarlo callándolo.

Saludos.

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