martes, 5 de octubre de 2010

Yo voto por mí

Hoy fue la primera vez que Rodrigo votó. El caos vehicular fue tremendo, felizmente que a él le toco votar en un colegio cerca de su casa y prefirió caminar hasta el lugar. Nunca había visto tanta gente por las calles y la cola para entrar al colegio era interminable. Cuando tuvo su cédula de votación, para elegir al nuevo alcalde de su distrito, decidió que votaría por el candidato llamado Bobby. ¿Por qué por él? Porque el perro que Rodrigo tuvo por 11 años se llamó Bobby. Y esa fue la mejor razón. Nunca lo escuchó, nunca lo vio, no supo que existía hasta un día antes de las elecciones en que vio una propaganda de él con el nombre bien grande en un afiche. Así escogió por quién votar Rodrigo. Que viva el voto responsable.
La vida de Rodrigo sigue cada vez peor, cada vez hay menos vida por vivir. El curso de diplomado está cada vez más exigente, los profesores dejan tareas como si los estudiantes tuvieran tiempo de sobra para reunirse y preparar en grupo las exposiciones. Despertarse a las 6:00, trabajar de 8:30 a 6:00 y estudiar de 6:30 a 10:30. Rodrigo llega a su casa comer y dormir. Queda claro que sus exposiciones no han sido las mejores y que sus notas son más malas que buenas.
Solo quedan 3 clases más, una clase mas por curso y en cada una de estas clases se realizarán las exposiciones finales. Rodrigo siente que se jugará los huevos en cada exposición que queda, la tensión está en su máximo nivel, las notas son malas y no hay tiempo para sentarse, buscar información y preparar una buena exposición. Es por eso que siente que ya no hay vida para él, siente que no hay tiempo para vivir. Esto no se puede llamar vida, uno vive cuando hace lo que quiere y lo que le gusta, es ahí cuando alguien siente que vive de verdad, que disfruta de la vida.
Pero Rodrigo no disfruta sentándose a escuchar clases por 4 horas teniendo que soportar a un profesor súper aburrido y a los queridos compañeros que se dedican a interrumpir las clases haciendo preguntas tontas y otras no tan tontas pero que solo tienen el fin de aburrir más a la clase.
Ha decidido que no pagará la pensión que vence el día de hoy. Pagará después del día miércoles que es cuando sabrá si pasó o jaló 2 de los 3 cursos.
Está harto de escuchar el mismo consejo de siempre: “Nada es fácil, lo que cuesta traerá grandes recompensas” Espera que las recompensas lleguen pronto porque este último mes se ha dedicado a pensar en si lo que está haciendo verdaderamente le gusta o quizá sea momento de hacer una parada y reorganizar su vida y su futuro. Quizá la carrera actual le pueda dar dinero si llega a obtener su titulo y si estudia otra carrera más en alguna universidad. Pero lo que lo haría verdaderamente feliz seria ser periodista deportivo o técnico de futbol, no importa si es técnico de segunda división. ¿Valdrá la pena dejar todo por buscar ser feliz haciendo lo que ha querido ser siempre? Todo está muy confuso, solo queda esperar que hoy, mañana y el miércoles pasen lo más rápido posible. Él vota por su vida y si el jueves se despierta sabiéndose jalado en 2 cursos se retirará del diplomado y hasta cierto punto sentirá satisfacción de que se interrumpa la rutina que sigue ahora.

2 comentarios:

Un chico de Lima dijo...

las elecciones fueron todo un caos y un caso... ¡que gane el mejor!

† David der Nacht † dijo...

Es dilema existencial. Hay que pensarlo bien. Tal vez encuentre la forma de hacer ambas cosas.

Saludos

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