Espuma para afeitar

Rodrigo odia afeitarse porque no le gusta, porque le aburre, porque su piel se irrita y además porque siempre se hace por lo menos una herida cada que lo hace. Cuando no tiene que ir a ningún lado y no es necesario que se afeite pues no lo hace y no le importa si se le ve bien o mal. Hace una semana se compró una espuma para afeitar, quería comprobar si en algo podía aminorar el calvario de afeitarse. Presionó el botón para echar un poco de espuma sobre su mano, era la primera vez que lo hacia y claro, echo tanta espuma que se cayó de su mano y se fue por el lavadero, aun así administro toda la espuma que le quedaba en la mano por toda su barba y comenzó a afeitarse. No hubo herida, no hubo sangre, no sintió casi nada, tuvo una afeitada al ras (como dice la propaganda de Gillette). A los 2 días hizo lo mismo y obtuvo el mismo resultado. Pero, porque siempre hay un pero y la felicidad total no existe, la última vez que Rodrigo se afeito (hace 2 días) tenia tres granitos pequeños; uno debajo de la nariz, otro debajo del mentón y otro en la mejilla derecha.
Los granitos eran tan pequeños e insignificantes que fueron tapados por la espuma de afeitar.
Luego de pasar la maquina de afeitar por su rostro se dio cuenta de que nuevamente había sido una afeitada sin dolor y muy cómoda. La felicidad terminó cuando se vio en el espejo y noto que tenia tres puntitos rojos que crecían de a poquitos. Otra vez los malditos rasguños. Rodrigo piensa que es verdad aquella frase que le dijo una vez su tío:
”Preferiría tener la regla una vez al mes a tener que afeitarme todos los días”.
Rodrigo piensa que es mejor seguir afeitándose antes que desear tener la regla.