martes, 28 de abril de 2009

Llamadas inoportunas

Rodrigo se había resignado a no escribir nada en su blog para el día siguiente ya que no le había sucedido nada que valga la pena contar. Estaba, como de costumbre, bastante aburrido en su centro de prácticas y como es lógico luego de estar toda la mañana revisando otros blogs y acabando con el poco trabajo que le dejan sintió un poco de sueño y se dirigió al baño para mojarse la cara. Como siempre la puerta del baño estaba cerrada con llave, porque hay algún idiota que tiene la magnifica idea de echarle llave al baño por dentro todos los días. Felizmente hay un par de baños en cada piso, así que subió al 4to piso renegando como es costumbre en él ya que es muy renegón. Afortunadamente este baño estaba abierto y además parecía estar vació. Rodrigo se estaba tirando en la cara tanta agua como podía para que se le quite el sueño, en ese momento escuchó sonar un celular, giro y vio que había un baño con la puerta cerrada; era de ahí de donde provenía el timbrado del celular. Rodrigo alcanzó a ver un par de pies y el pantalón sobre ellos, no hay que ser adivinos para saber que aquel hombre estaba defecando (por no decir K-gando XD!!) y que ahora aquel hombre estaba luchando para encontrar su celular en los bolsillos de su pantalón. Cuando por fin lo encontró contestó.
Alo cholita-contesto el hombre-Estoy ocupado, tengo harto trabajo.
Vaya que lo tiene, hablar por celular lo debe haber desconcentrado de su ardua labor sobre el inodoro-pensó Rodrigo.
El señor siguió hablando cuando Rodrigo salió del baño. Pero ahora Rodrigo bajando las escaleras pensaba en que ya tenia algo sobre lo cual escribir en su blog.
El celular nos sorprende en el momento menos esperado, en clases, en la ducha, en plena exposición, en la cama en una sesión amatoria o como a este señor en plena fabrica de churros.

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